domingo, 15 de agosto de 2010

So pure.

Conozco un lugar,
completamente distinto a los demás.
Siempre iluminado, aunque carece de luces y ventanas.
Cuyas paredes son blancas, incluso, brillantes.
Donde nunca hace frío,
tampoco hace calor.
El aroma a mar inunda mis pulmones,
pero allí no hay ni una gota de agua.
Allí no verás odio, envidia o rabia.
Eso allí nadie lo conoce.
Tampoco comprenden el amor o el cariño.
La indiferencia gobierna los corazones.
La gente allí, nisiquiera parece saber de la existencia de los demás.
Sus miradas, vagan de un lado a otro, nada atrae su interés.
Un mundo tan puro, que dejó de ser humano.
No quiero ir allí.
Por favor, llévame contigo.
A otro lugar.
Porque no estoy dispuesta a volver,
a ese sitio en el que debería olvidar lo que siento por tí.
Por favor, no cortes ese fino hilo del que mi vida cuelga.
Todavía imagino vivir,
en un rincón,
da igual que forma o color,
me es indiferente si hace frío o calor.
Siempre y cuando,
tu mirada no sea fría,
mientras en tus ojos brille
aunque sea un rastro de algún sentimiento,
sea cual sea.
Por favor, durante el tiempo que eso dure,
no me apartes de tu lado.
No me dejes caer otra vez en ese mundo.
Tan puro.
Tan frío.
Tan triste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario